by | Nov 6, 2023 | Blog | 0 comments

    La noche en donde los dioses duermen

    La noche en donde los dioses duermen

    Entre las leyendas que se cuentan en Ciudad Moe, una muy famosa tiene el nombre de La noche en donde los dioses duermen, una festividad que se celebra en los últimos meses del año, en donde el coro de la iglesia recita un canto en culminación de las festividades invernales. Esta tradición se cuenta que se remonta a los albores de la humanidad en donde los dioses y demonios reinaban el mundo.

    Cuenta la leyenda…

    Que hace mucho mucho mucho tiempo, en una era en donde los dioses y demonios caminaban sobre la tierra, el mundo reinaba un caos constante, en donde todos eran presas de seres más poderosos. No existía esperanza alguna, la humanidad, eran figuras vacías creadas por aquellos seres antiguos, únicamente por ocio, o quizás solo por simple soberbia. Eran simples muñecos sin conciencia, sin pensamientos, sin destino…sirviendo únicamente a las ordenes de dioses sin nombre, a esta era se le conoce como “La era del Sol sin Brillo”

    Hasta que un día… en ese mundo lleno de oscuridad, tal vez por gracia divina, por casualidad, o una burda necedad del destino llamando a un cambio.

    Un pequeño rayo de luz que atravesó toda oscuridad, partiendo el cielo a la mitad, chocando tenuemente sobre la superficie, tan débil como el suspiro de un bebé pero lo suficientemente fuerte para hacer una pequeña llama.

    Una pequeña llama que bailaba en la soledad a la espera de ser descubierta…

    No se sabe cuanto tiempo esperó, el mundo yacía en el olvido, hasta que en algún momento fue descubierta por un ente vacío que vagaba sin rumbo fijo, este ente al observar aquella llama, lo lleno de una sensación indescriptible, un calor en su interior por fin yacía, dando calma a su existencia, tanto una conciencia…

    Liberándolo del lascivo destino de una vida sin razón, empezó a alimentarse de todo lo que la llama le transmitía, lleno de curiosidad, de deseos y de anhelos. Cuestionándose de todo lo que lo rodeaba y trayendo a la llama a más personas vacías para que pudieran admirar esta llama.

    Los antiguos que gobernaban el mundo, quizás cegados por su soberbia y poder, no le prestaron atención a los pequeños humanos que contemplaban la llama, algunos simplemente los ignoraron, otros simplemente empezaron a crear nuevos seres. Mientras uno de los más antiguos los desterró de sus dominios como hormigas que no quieren en su casa. Pensando tal vez que las intemperies del mundo eliminarían esta peste.

    Olvidándose de ellos, enfocándose por nuevos seres, nuevos juguetes.

    La humanidad sabía que solos perecerían ante los peligros del mundo, empezaron a agruparse refugiándose en las cuevas lejos de aquellos seres antiguos. Poco a poco creciendo en números, poco a poco entendiendo al extraño mundo donde ahora habitaban.

    No se sabe cuanto tiempo paso, pero empezaron a crecer en números, empezaron a organizarse, a crear sociedades. A utilizar herramientas y entender los elementos y como estos dioses antiguos podían controlarlo, dando el nacimiento a la magia.

    Mientras la humanidad crecía y los dioses antiguos controlaban el mundo, era cuestión de tiempo que se enfrentarían por el trono del mundo.

    Para los antiguos, la humanidad era una plaga que era demasiado molesta para ser ignorada, una plaga que debía de ser exterminada.

    En esta época se cuentan muchas historias y leyendas, de los numerosos enfrentamientos que hubo entre la humanidad y los dioses antiguos,

    Se cuenta que en la batalla final, la batalla que libró la humanidad, las espadas y los escudos yacían rotos, a pesar de los esfuerzos el dios sin nombre era un ser demasiado poderoso, la esperanza daba sus últimos suspiros.

    Pero fue en ese momento, que entre toda la sangre y cadáveres, entre todo el caos y la desesperanza, camino una pequeña hechicera entonando un canto. Su voz opacaba todo grito, todo murmullo, el mundo quedo en silencio solo para escuchar su canto.

    Llevando al sueño eterno al dios creador, fue en ese instante donde el mundo se partió en dos. Llevando a lo desconocido aquel dios, mientras los demás demonios fueron arrojados a un diferente plano existencial, Ante esto algunos demonios y dioses menores huyeron a las estrellas, esperando por el día que su señor despertará nuevamente.

    Desde aquel momento la humanidad salió de la tierra para reclamar un nuevo mundo sin aquellos demonios.

    Cuenta la leyenda que en estas épocas del año, cuando los diferentes planos del mundo convergen entre si, aquella pequeña hechicera entonaba su canción para evitar el despertar del dios olvidado y llevar a la humanidad nuevamente a una era de oscuridad.

    Año tras año, los hechiceros cantan la misma canción que realizó aquella hechicera en su ultima batalla, esto, para que aquel dios oscuro no despierte, con el paso del tiempo esto empezó a volverse una tradición, una costumbre más de la ciudad.

    Así es como cada año en el mes de Octubre, en Ciudad Moe, los habitantes se visten de monstruos, regalando dulces como los tributos que solían dar, una festividad que culmina que los habitantes y todas las almas se reúnen ante una gran llama para cantar nuevamente aquella canción, en una noche que se conoce como….
    La noche en donde los dioses duermen.

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